martes, 26 de octubre de 2010

La absurda realidad del TODO


Aún no encontré la noche en la que me hallase sólo conmigo… Hay personas que piensan que están solas, piensan así porque no logran ver a través de sus propios ojos. Normalmente, solemos buscar en otras vidas lo que no queremos ver en las nuestras. La soledad es la realidad de lo material en nuestro camino hacia el final del sinsentido de la vida; nunca nos encontraremos solos, siempre caerá sobre nosotros la terrible y dolorosa realidad de ser, el destino. Seguro que existen infinidad de palabras con las cuales podemos designar al destino, pero al final, es la misma definición, la misma sustancia. ¿Acaso el ser humano no está destinado desde el principio a morir? Si eso es así, ¿Qué motivos hay para dudar del destino? No sé, yo creo que la realidad es indudable, pero cada persona debe de conocer su realidad, antes de delimitar lo ficticia de ella.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Sobre el celeste lienzo





Sobre el celeste lienzo

Sobre el celeste lienzo de mi cuarto,
Anclado a mí ser por fibras de esparto,
Subrayo las espinas de mi vida,
Las huidas, de eternas vueltas sin ida,
Las noches dormidas sobre el asfalto.

Siempre caminé por calles dentadas,
Enfureciendo destellos de espadas,
Envuelto en sombras de gesto homicida.
Fui, como puerta de atrás sin salida,
Como una primavera sin mañanas.

Hoy, deseo devorar mi futuro,
Sacrificar al sol mi cuarto oscuro.
Marcharé por el filo del destino,
Siempre retándolo a morir conmigo.
Le convertiré en mi gran enemigo
Será la horrible sombra en el camino.

Hoy, paupérrimo futuro enfermizo,
Eterno siempre y nunca fronterizo,
Que ni naces ni mueres en el tiempo,
Que arrasas almas como pasatiempo,
Hoy te rumiaré con terror eterno,
Te amaré desde el umbral del averno.
¡Te venceré en el último suspiro,
En el callado y perpetuo retiro!

viernes, 15 de octubre de 2010

Abierto hasta el amanecer



Pasen, vean, comparen y olvídense de todo.

No busco enamorar a nadie con mis palabras, ni que se me odie por amar lo que otros desearían olvidar. Sólo deseo poder estar un instante en tu cabeza y, con suerte, que me expulses cada noche ansiando volver a embriagarte en ti cada día, hasta acabar loco, perdido en tu persona.

Pasen, pasen, no les cobraré por ello.

Este mundo se localiza frente al mar, alrededor de un cielo de tiritantes estrellas, de petroleros con alma de cisne, de gaviotas presas de sus propias alas y luces rojas que se ahogan tras las pupilas de las madrugadas.

Les invito a comerse las orillas de sus primaverales esferas marinas, a olvidar el alquitrán de las negras ciudades y a pensar más allá de las solitarias cunetas que se retuercen al alba.

Saludos y espero que disfruten. Hasta nunca.