sábado, 20 de noviembre de 2010

Camino sin retorno




Hoy me asomé a esa inusual ventana que, comúnmente, denominamos espejo y, para mi sorpresa, no me hallé. Vi a un ser desconocido, con un color extrañamente apagado en sombras oscuras y de poros rezumantes de indiferencia y signos de interrogaciones en cada pico de su vello. Aquel que se presentaba ante mí no era yo, seguro. Yo me recuerdo con unos ojos menos rojos y cargados de vitalidad y “alaia”, con un rostro libre de cualquier pelaje, con unos pómulos pequeños, con pelo corto y bien peinado y con la piel aún sin surcar; yo no soy ese ser tan diferente. No, no puedo serlo. Esa nariz, esos labios... No, no puede ser.
Aquel joven senil no era más que el grito de la vida reflejado ante mí. En alguna ocasión intenté entablar conversación con él, fue imposible, su voz se ahogaba en la mía y no lograba oírme. Sus ojos me miraban con nostalgia, como con temor a saber qué es lo que le hacía permanecer en el espejo y entonces sus brazos se convirtieron en rosales y sangró, sangró hasta darse cuenta del terrible error que había cometido… Después desapareció, y aunque lo llamé, le supliqué que volviera, que deseaba saber de mí, él no apareció. Cuando volví a mirar en el espejo, me encontré con unos ojos temblorosos fijos, con pupilas profundas, ciegas y a punto de naufragar.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Buenas Noches



Es inviable volar sin tener alas.

Es inviable volar sin tener alas.
Pero peor ser como la gallina,
Sus tercas alas no son más que galas,
Son su dulce quimera clandestina.

Es imposible vivir con la razón;
Rebuscar respuestas sin solución.
Es impenetrable este caparazón,
Este estéril parto sin extremaunción.

El día que me llame la oscuridad,
Cuando mi cuerpo sea un laberinto,
Comience mi constante inactividad
Y mi ser quede ya por siempre extinto:
Prometo haber vivido con la noche,
Haber desafiado su ebria locura,
Prometo haber desatado su broche,
Haber desaparecido de su tortura…

Eso sí, no he comprendido una cosa,
No he comprendido jamás a la razón,
Que se atrincheró en mi fría cabeza
Y nunca contactó con el corazón.

Buenas noches, disculpe que no me despierte…


Sol y Luna


Sol y Luna

Con la fría presencia de la muerte,
Demandamos siempre la vida eterna.
Es como un pájaro que no es inerte.
Es como aquella tarde en la caverna.

Obviamos la luz primera del alba,
Que araña legañas con alegría,
La que desgarra y hace llorar al alma,
Que nos despierta en un continuo día.

Pero al caer rendido el eterno sol,
Descubrimos el dolor de las rocas;
Es insostenible este herido cielo
Cuando las dudas no son recíprocas.