sábado, 15 de diciembre de 2012

Nublos


Nublos
Veo como se encienden las farolas en las calles;
La ciudad pisa sus sombras, borra sus negras huellas.
Las aceras se adornan con un luto sin detalles
Y el cielo se enjalbega con minúsculas estrellas.

Crisantemos de metal cuelgan de los edificios,
Los vehículos tienen sed de sangre y aparcamientos.
Y un edén de espinas se acantona en mis pensamientos
Sin importar que sea una sangría de suplicios.

Nubes de plomo arden lentas y sin significado
En un horizonte manchado de espumas doradas.
Y un fino filo de aire hiere a este corazón varado
En batallas en que jamás se blandieron espadas.

El silencio marcha en un negro luto de lágrimas
Que acribillan la entereza de este perpetuo otoño,
En las ganas erráticas de rendirme al madroño
De los sueños suicidas de ciertas dudas prójimas.

La noche es una gris realidad por las esquinas;
Fulanas con menganos caminan entre sonrisas,
Buscando un rincón donde expiar sus livinidosas ruinas,
Donde callar la apatía de sus horarios con prisas.

Un coche arruinado alerta del pasar de los días.
La madrugada cae en la desazón de mis versos:
No hay lindas musas que añorar, sólo camas vacías,
Recuerdos, alguna pesadilla y muchos adversos.