martes, 18 de junio de 2013

Memorias de un suicida


Memorias de un suicida

Acabar igual que al principio: sin sentido.
Echar la vista atrás, y atrás hay apenas nada.
Deseo llegar hasta el final del camino
Pero ser yo el único que defina el trazo,

Lo cruel es ser consciente de tu cobardía,
De que ni con un cuchillo ni con pastillas.
Después llega la desesperante compasión,
Las lágrimas fallidas de otra despedida.

Fantasear cómo hubiese sido la vida
Si felicidad no fuera sólo una burla.

Imaginarte acariciado por gusanos
Que mastican hasta el tuétano del quebranto,
Por ratas que olfatean tus carnes fétidas
Y abotargadas en el descanso perpetuo,
O la belleza mortuoria del  frío rictus
Que cada noche imaginas antes de llorar.

Después, vuelta a empezar: alcohol y cuchara.
El dolor en las sienes y el whisky en la acera.
Dormirse sobre las pupilas vomitivas
De peatones que caminan con sonrisas
Y preguntarte: ¿por qué no sabes sonreír?

domingo, 2 de junio de 2013

Que llueva



Que llueva
 
Espero que ya por fin llegue la tormenta,
Que se saneen los cielos y las aceras;
Y que llueva todo aquello que no se intenta:
Lo de las medias tintas y las papeleras

Ojalá goteen por los canalones
La miseria de las miradas abatidas
Que se imaginan besándose en los rincones.

Que llueva y se marchiten los tristes finales.
Que estalle el semen procaz de mis pensamientos
Entre la desnudez de tus pares marciales.
Y que llueva y se tambaleen los cimientos.

Los nubarrones gemirán de puro placer
Y tronará la reyerta de confusas dudas
Que se manosean con todo aún por hacer.
 
Pero por favor, que llueva de una puta vez.
Las vetas de mis ojos suplican la lluvia,
Igual que mis manos o mi profusa altivez.
Quiero leer a Eliot y ver como diluvia.