lunes, 7 de diciembre de 2015

¿Cómo acabar aquel algo que nunca ha empezado?




¿Cómo acabar aquel algo que nunca ha empezado?

¿Cómo acabar aquel algo que nunca ha empezado?
Las ausencias me han hecho caminar en silencio,
Crear cimientos desde un quimérico tejado.
Por praderas de hormigón que persisten inertes,
Hoy arrastro mustio mi ascética melancolía,
La desazón humanitaria de quienes son fuertes.

Prorrogo la vida en mi memoria hasta la nada.
Tramito pagarés asépticos de ilusiones,
Avalado por tu atlántica y oscura mirada.
Detesto los cheques en blanco de tus palabras
Y los millones de ceros que invento tras ellas;
Anhelos que resultan pesadillas macabras.

Después están aquellas puertas entreabiertas,
El laberinto de tus destierros voluntarios
Y el rumor de dudas que me niego a creer ciertas.
Fantasmas con piel canela subyugan mi razón,
Prostituyo mis credos primitivos por llegar
Primero al kilómetro cero de tu corazón.

No cabe en tan poco léxico tanta decepción.
Asimilo con nostalgia tu afán errático;
Vivir deprisa, sin consecuencias ni excepción.
Ya penetraste antes las corazas de mi pecho;
Dos ojos, unos labios y toda tu existencia.
Y ahora, después de tanta nada, todo está hecho.