domingo, 19 de diciembre de 2010

El atardecer del mañana



Al abrirse la puerta, todo el mundo calló. El día comenzaba a perderse en el horizonte; había aparecido al fin aquel suspiro del averno con su sucio y andrajoso poncho adornado de constantes salpicaduras del diablo.

Al final de la barra apareció un maloliente y desdentado viejo que tras escupir sobre aquel suelo pegajoso, avanzó con paso firme hacia aquella infernal esquela…

En la calle, las prostitutas miraban desde sus inmorales ventanas y los jóvenes se inventaban otro mañana. Tras el espeso olor de la pólvora, aquella figura satánica se encontraba derramada por el suelo. Esta sería una derrota que no volvería a recordar…

sábado, 11 de diciembre de 2010

Regreso en tren



Regreso

Las solitarias paradas sin abrigos
El inminente sellado de las puertas
Los andenes con las miradas inciertas
Los borrachos céntimos de los mendigos

Los confines que duermen por la ventana
Los atardeceres sobre sus arterias
Beso ardiente de una tierra lejana
Ojos amargos que escupen sus histerias

Jóvenes que sueñan sobre los asientos
Y ancianos que acarician su eterna infancia
Las piernas que chirrían  sobre lamentos
Y el balanceo de su preciosa inercia

Aletear de finas aguas cristalinas
Gastados ofrecimientos de afectación
Ojos que se esconden tras sucias cortinas
Sentimientos libres de civilización

Historias deshechas tras la despedida
Las humeantes paradas silenciosas
Lágrimas de un único billete de ida
Fin del trayecto entre historias perniciosas…

sábado, 20 de noviembre de 2010

Camino sin retorno




Hoy me asomé a esa inusual ventana que, comúnmente, denominamos espejo y, para mi sorpresa, no me hallé. Vi a un ser desconocido, con un color extrañamente apagado en sombras oscuras y de poros rezumantes de indiferencia y signos de interrogaciones en cada pico de su vello. Aquel que se presentaba ante mí no era yo, seguro. Yo me recuerdo con unos ojos menos rojos y cargados de vitalidad y “alaia”, con un rostro libre de cualquier pelaje, con unos pómulos pequeños, con pelo corto y bien peinado y con la piel aún sin surcar; yo no soy ese ser tan diferente. No, no puedo serlo. Esa nariz, esos labios... No, no puede ser.
Aquel joven senil no era más que el grito de la vida reflejado ante mí. En alguna ocasión intenté entablar conversación con él, fue imposible, su voz se ahogaba en la mía y no lograba oírme. Sus ojos me miraban con nostalgia, como con temor a saber qué es lo que le hacía permanecer en el espejo y entonces sus brazos se convirtieron en rosales y sangró, sangró hasta darse cuenta del terrible error que había cometido… Después desapareció, y aunque lo llamé, le supliqué que volviera, que deseaba saber de mí, él no apareció. Cuando volví a mirar en el espejo, me encontré con unos ojos temblorosos fijos, con pupilas profundas, ciegas y a punto de naufragar.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Buenas Noches



Es inviable volar sin tener alas.

Es inviable volar sin tener alas.
Pero peor ser como la gallina,
Sus tercas alas no son más que galas,
Son su dulce quimera clandestina.

Es imposible vivir con la razón;
Rebuscar respuestas sin solución.
Es impenetrable este caparazón,
Este estéril parto sin extremaunción.

El día que me llame la oscuridad,
Cuando mi cuerpo sea un laberinto,
Comience mi constante inactividad
Y mi ser quede ya por siempre extinto:
Prometo haber vivido con la noche,
Haber desafiado su ebria locura,
Prometo haber desatado su broche,
Haber desaparecido de su tortura…

Eso sí, no he comprendido una cosa,
No he comprendido jamás a la razón,
Que se atrincheró en mi fría cabeza
Y nunca contactó con el corazón.

Buenas noches, disculpe que no me despierte…


Sol y Luna


Sol y Luna

Con la fría presencia de la muerte,
Demandamos siempre la vida eterna.
Es como un pájaro que no es inerte.
Es como aquella tarde en la caverna.

Obviamos la luz primera del alba,
Que araña legañas con alegría,
La que desgarra y hace llorar al alma,
Que nos despierta en un continuo día.

Pero al caer rendido el eterno sol,
Descubrimos el dolor de las rocas;
Es insostenible este herido cielo
Cuando las dudas no son recíprocas.

martes, 26 de octubre de 2010

La absurda realidad del TODO


Aún no encontré la noche en la que me hallase sólo conmigo… Hay personas que piensan que están solas, piensan así porque no logran ver a través de sus propios ojos. Normalmente, solemos buscar en otras vidas lo que no queremos ver en las nuestras. La soledad es la realidad de lo material en nuestro camino hacia el final del sinsentido de la vida; nunca nos encontraremos solos, siempre caerá sobre nosotros la terrible y dolorosa realidad de ser, el destino. Seguro que existen infinidad de palabras con las cuales podemos designar al destino, pero al final, es la misma definición, la misma sustancia. ¿Acaso el ser humano no está destinado desde el principio a morir? Si eso es así, ¿Qué motivos hay para dudar del destino? No sé, yo creo que la realidad es indudable, pero cada persona debe de conocer su realidad, antes de delimitar lo ficticia de ella.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Sobre el celeste lienzo





Sobre el celeste lienzo

Sobre el celeste lienzo de mi cuarto,
Anclado a mí ser por fibras de esparto,
Subrayo las espinas de mi vida,
Las huidas, de eternas vueltas sin ida,
Las noches dormidas sobre el asfalto.

Siempre caminé por calles dentadas,
Enfureciendo destellos de espadas,
Envuelto en sombras de gesto homicida.
Fui, como puerta de atrás sin salida,
Como una primavera sin mañanas.

Hoy, deseo devorar mi futuro,
Sacrificar al sol mi cuarto oscuro.
Marcharé por el filo del destino,
Siempre retándolo a morir conmigo.
Le convertiré en mi gran enemigo
Será la horrible sombra en el camino.

Hoy, paupérrimo futuro enfermizo,
Eterno siempre y nunca fronterizo,
Que ni naces ni mueres en el tiempo,
Que arrasas almas como pasatiempo,
Hoy te rumiaré con terror eterno,
Te amaré desde el umbral del averno.
¡Te venceré en el último suspiro,
En el callado y perpetuo retiro!

viernes, 15 de octubre de 2010

Abierto hasta el amanecer



Pasen, vean, comparen y olvídense de todo.

No busco enamorar a nadie con mis palabras, ni que se me odie por amar lo que otros desearían olvidar. Sólo deseo poder estar un instante en tu cabeza y, con suerte, que me expulses cada noche ansiando volver a embriagarte en ti cada día, hasta acabar loco, perdido en tu persona.

Pasen, pasen, no les cobraré por ello.

Este mundo se localiza frente al mar, alrededor de un cielo de tiritantes estrellas, de petroleros con alma de cisne, de gaviotas presas de sus propias alas y luces rojas que se ahogan tras las pupilas de las madrugadas.

Les invito a comerse las orillas de sus primaverales esferas marinas, a olvidar el alquitrán de las negras ciudades y a pensar más allá de las solitarias cunetas que se retuercen al alba.

Saludos y espero que disfruten. Hasta nunca.