domingo, 26 de junio de 2022

Febrero

 


Febrero

Un vulgar adiós mustio aleja la realidad
De días carroñeros que amenazan la ley.
La rutina de un desierto clamando piedad
No es suficiente para amortajar este buey.
 
“Eras para mí” deslizaba un falaz viento
Que silbaba en cada milímetro de ruina
Donde bordaba mis ribetes con tu acento.
 
Después, fervientes, se consumaron futuros,
Algunos muy presentes y otros imperfectos;
Kilómetros de paz y naufragios oscuros,
Erigiendo desde el azul nuestros proyectos.
 
Sombríos pantanos de fértiles retinas,
Celos desmedidos de lunas imposibles,
Gemidos suaves por las ardientes esquinas.
 
Aguas dulces y ágiles en bocas saladas.
Alarmas que desafiaban nuestra ambrosía
Y ponían en jaque el café y las tostadas;
Pieles que se rasgaban con alevosía.
 
El pérfido remate del mes expiatorio
Llenó de lágrimas esta sed de recuerdos
Que ya no retornarán al repositorio.
 
Se clavarán las horas en el despertador
Y volverán etéreos los rayos de sol,
Perfilando un suave damero desgarrador
Donde partida es sólo sinónimo de adiós.

sábado, 25 de junio de 2022

Purísima Concepción

 


Purísima Concepción

Imagino en silencio la humedad de las esperas,
La turba innegociable de parásitos subterráneos,
El sudor helándose en una terraza llena de extraños
O la risa falsa del que desea deshacerte las bajeras.
 
La madrugada hostil de un sky line sin úlceras
Amenaza con pinchar de nuevo la masa roja
Que colmata y yuxtapone el humo y la vida.
La espuma, un ladrido, otra flor que se deshoja;
Junio agrietándose en una diagonal sin salida.
La realidad espera al filo de la cuerda floja
Y todo hiede al anhelo dulce de vísperas.
 
Avanzo sin salir del camino pero sin destino:
Ardió la primavera y nadie preguntó por ella.
 
El chispeante vinagre de unos labios de muerto.
La perfidia yacente de un viernes por la tarde.
La tenacidad errática del abrazo más cobarde,
De un adiós regio sin costura ni buen puerto.
 
Hoy solo me quedan las ruinas de tus carcajadas,
El gemido fértil del puzzle que solíamos formar,
Las miradas cafeteras con esa aura de sed y miel,
Las melopeas febriles de saliva, sexo y madrugadas,
La tarde en que te desnudabas frente al mar,
Y el aroma indómito, furtivo y cálido de tu piel.
 
Ahora intento edificar este estado de ruinas:
Cimentando sobre insomnes pilotes silentes
Una inánime estructura remachada de espinas,
Cerramiento de esperas de por si te arrepientes
Y altas cubiertas ventiladas para disipar neblinas.