miércoles, 30 de octubre de 2013

Guerra en la tormenta



Guerra en la tormenta

Un silencio de trigales se arma de valor en la piel.
Tropieza la noche sobre los panales de tu pecho
Y como abeja diligente me empleo en tu rica miel.

Bendices mi táctil dialecto cuando me hincas tus uñas.
Apruebas con nubosas palabras mi dactilogía
Por cada valle, sierra, pradera o barranco que acuñas.

Tu ardiente noema se vuelve radiante y hospitalario;
Arrastras el terremoto por toda la geografía
De esas infernales columnas que sostienen tu acuario.

Y cuando no puedes soportar más las bajas presiones,
Los nublos de tu mirada estallan en rayos al techo
Y llueve sobre todo el alfabeto de mis facciones.

Entonces, torpe y primitivo, buceo entre tus labios.
Abrazo la demencia de tus vocales y resbalo;
El capitán Nemo ha vuelto a romper la caja de cambios.

Entro en tu cuerpo como espíritu santo por Nazaret.
Me adentro furtivo en el fiel Vesubio de tus entrañas,
Ese que burbujea como acto final de un cabaret.

Un ciclón concupiscente arrasa con toda la razón 
Y las riberas del Amazonas se inundan con las marañas
Que segregan la atmósfera torrencial de tu corazón.

Los aurigas por el cielo con sus huellas de tormenta,
Gime el paraíso y arde la oscura caverna que encalo.
Y al final, el silencio en los truenos que tu aliento aventa.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Razones, tiempo y ausencia



Razones, tiempo y ausencia

Hay razones que no llego a comprender,
Como el poder de una micra sobre la plata.
No siempre es lo más fácil de defender
Otra y otra patada más a la misma lata.

Me ratifico entre aves cenicientas;
La verdad es sospechosa y beligerante.
Ascienden vetustas salvas sangrientas
Pero están lejos del retrato del estante.

Comprendo el comportamiento del tiempo  
Cuando transfiere su posición a las horas.
No es nada fácil ese pasatiempo
De una eternidad de vacíos sin auroras.

Hasta la amapola se vuelve olvido
Cuando alcanza el zenit de su exigua existencia.
¿Quién soy yo para añorar lo vivido?
¿Acaso tengo otra opción que esperar la ausencia?

domingo, 6 de octubre de 2013

Nosotros


Nosotros.

El hoy es ya pasado y el mañana será definitivo.
Nuestros movimientos son imprecisiones aéreas
En un perecedero contexto armado de impaciencia.
No somos eso que denominan almas etéreas,
Ni hijos de aquellos a quienes destinamos las plegarias.
No amamos por placer, ni el dolor es solo un estandarte.
De la vida sólo conocemos las esquelas diarias.
Redimir es revelar viejos retratos y no morir,
Volver al principio sin haber hervido mil lágrimas
O cruzar la calle sin sentirse cómplice del redil.

La paz es absurda para quienes arrastran memoria,
Para aquellos que estercolan con futuro su alegría
O esperan bajo la tormenta el autobús a la gloria.
La paz es la alegoría de ese aquello que no es nuestro,
Como las heridas que causan los cruces de miradas.
Nosotros somos el jugo agrio de la vid de la guerra,
Ese tosco producto carroñero de carnes breadas
Con su impúdica sexualidad salvaje y embravecida
Y su terror a saberse un fruto temprano de la tierra.