jueves, 21 de marzo de 2024

Tarde sonrojada

Tarde sonrojada

La tarde se sonroja al saber que muere.

Supongo que entendió que el tiempo

No es suficiente para volver a tenerte.

Y tú, que atesoras las arenas de mi reloj,

Te empeñas en beber de las clepsidras de dioses

Que olvidan tus iniciales al café del desayuno,

Mientras a mí se me hiela la luna entre las manos,

Viendo en silencio arder las horas entre las nubes,

Las mismas que antes fueron abrigo y hoy sólo destino.

Después, te deslizas silente sangrando mis sueños,

Como quien aviva las ascuas tiritonas de un invierno,

Y la tarde se vuelve a sonrojar.


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