domingo, 13 de marzo de 2011

¿Dónde? ¿Cuánto?



¿Dónde? ¿Cuánto?
En el negro amanecer de una amapola,
En el silencio de las noches desnudas,
En la sombra dormida de una farola
En el no, quizás, tal vez sí de mis dudas
En el despertador de los putos lunes
En el silencio deshecho de otras camas
En la sangre esparcida por los impunes
Y en el amor de viles y caros dramas.

¿Dónde estás que no te veo, no te siento?
¿Dónde me guardo de tus brillantes sombras?
¿Dónde? ¿Dónde está tu melena en el viento?
¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde cantan las alondras?                              
Te he buscado sin remedio en esta vida
Te he buscado sin paciencia, con locura,
Sin calma ni miedo, en guerra y sin mesura   
Con la siempre duda eterna de tu herida.

En los amores de sábanas de nada.
En el galopar infausto de las venas.
En el pulmón nocturno de otra mirada.
En el canto dormido de las sirenas.
En el presente escondido en el futuro
En el quebrado cristal de las mañanas
En el estéril silbido de un murmuro
Y en el día esparcido por las ventanas

¿Cuánto más he de esperar para no sufrir?
¿Cuántas noches me quedan aún por perder?
¿Cuánto? ¿Cuánto más me queda por revivir?
¿Cuánto? ¿Cuánto? ¿Cuánto queda aún por arder?
Por el cuentakilómetros de la vida,
Sobre el cruce de las luces de los coches,
Tras la sangre esparcida del bono de ida
Y la oscuridad eterna de las noches…

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