Si yo pudiese, si yo pudiera.
Anda, restriégate esas nubes de tormenta,
Deja que se odien los recuerdos en tus entrañas
Y ama colérica de realidad, sedienta,
Frente a la vida y regálame tus migrañas
Anda, deja pasar a la dilatada aurora
Que acaricia la dulce cresta de los almendros
Cuando todavía bosteza la primera hora.
El delta de la plata relincha por tus venas;
Tigres ateridos en un sueño de mil lunas
Salvajes adornadas por oscuras melenas
Susurradas en las heridas nanas de cunas.
Y es que amo la intensidad de tus frías noches;
Sueño soñado del letargo acelerado entre
Los faros derrotados del humo gris de los coches.
Un tango asustado en el fondo de las botellas
Y huellas gastadas en linfáticas rojas rimas.
Tú, enferma calma bañada en un charco de estrellas,
Triste alma de noches ahogadas en lágrimas.
Un imberbe Cortázar jugando a la Rayuela
Desde la eterna última inocencia de Pizarnik...
¡Ay! Si yo pudiese ¡Ay! si yo pudiera…
Galie Galie...
ResponderEliminares maravilloso!
..mi rincón es así de bello como tu foto!
Sería maravilloso...
ResponderEliminarMe gusta leerte y quise dejarte otra huella
ResponderEliminarUn saludo
Este poema tiene un significado, pero ante todo, un valor muy especial para mi. El glorioso retrato de un instante, de un trance alegórico de la intensidad de las noches, del miedo a sentirse herido eternamente, todo ello aderezado con ese deje agridulce de la poesía sazonada con enferma pasión lírica y pequeñas gotas de fría luna de plata.
ResponderEliminarMe ha encantado, es más, fascinado. Creo que aún habiendo pasado por aqui, es mi primer comentario. Repito, espectacular poema y momento. Saludos.
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